La implantación de ZBEs en las ciudades tiene relación directa con diferentes normativas europeas.
Normativas sobre calidad del aire: La UE establece estándares y límites máximos de contaminantes atmosféricos, como el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión, a través de directivas como la Directiva 2008/50/CE sobre calidad del aire. Las ZBE se implementan para ayudar a las ciudades a cumplir con estos estándares y mejorar la calidad del aire local.
Normativas de emisiones de vehículos: La UE también regula las emisiones de vehículos nuevos a través de normativas de emisiones de escape, como las normas Euro. Las ZBE a menudo restringen la entrada de vehículos que no cumplan con estas normativas, especialmente vehículos diésel antiguos que emiten niveles elevados de contaminantes.
Directiva de calidad del aire ambiente (Directiva 2004/107/CE): Esta directiva establece objetivos a largo plazo para la reducción de emisiones de contaminantes atmosféricos y exige que los Estados miembros desarrollen planes de acción para mejorar la calidad del aire en áreas donde se superan los límites establecidos.
Directiva sobre infraestructura de combustibles alternativos (Directiva 2014/94/UE): Esta directiva promueve la implementación de infraestructuras de carga de vehículos eléctricos y otros combustibles alternativos en toda la UE, lo que puede apoyar la transición hacia una movilidad más limpia en las ZBE.
Directiva de reducción de emisiones nacionales (Directiva 2016/2284): Esta directiva establece objetivos para la reducción de emisiones de contaminantes atmosféricos a nivel nacional y puede influir en las medidas tomadas en las ZBE para cumplir con estos objetivos.
Se estima que en 2025 haya más de 500 ZBEs en funcionamiento en Europa, especialmente debido a las leyes nacionales impulsadas por Francia, España y Polonia. Además, se espera que Londres, París, Bruselas y Berlín amplíen para entonces sus ZBEs.
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